En el siglo XX, los hijos de empresarios de clase media solían trabajar como aprendices durante el verano en caso de malos resultados escolares. Así, Giuseppe, de dieciséis años, fue enviado a trabajar en la fábrica como mozo de almacén. Durante sus viajes semanales a Cotonificio Verbanese para cargar el hilo en los camiones, pronto aprendió a reconocer el inconfundible olor del algodón.

Este fue el comienzo de una típica historia empresarial italiana, donde todos los valores fundamentales del Made in Italy están entrelazados: conocimiento, tradición, artesanía, historia, estilo, investigación, desarrollo, calidad, cultura y belleza.

La curiosidad e inspiración que son típicas de Made in Italy han impulsado a la empresa a experimentar con todo tipo de cuero y material, y preferiblemente fibras naturales: desde algodón hasta Kevlar, desde cachemira hasta poliéster trilobulado, desde hilos de plata hasta cobre. Se probaron todos los materiales trenzables y muchos de ellos se han integrado en las producciones actuales de la empresa.

“La vida es una historia sobre conexiones. No solo hacemos accesorios. Trenzamos estilos de vida.”